domingo, 1 de marzo de 2015

CONDENA



Los días se suceden con exasperante monotonía,
desconcertado concierto de música monocorde,
procesión interminable de sombras sin rostro ni nombre,
de gestos reiterativos y de palabras mordidas,
de pensamientos bastardos y risas enmohecidas

Mi sol salió hace ya mucho tiempo
y hoy, su brillo, sólo es un recuerdo.

No es tristeza lo que llena de lágrimas mis ojos
es la rabia por sentir atenazada mi esperanza.
Es la antigua rebeldía que pugna por salir
como un volcán gestado en mis entrañas
condenado a morir dentro de mí,
eternamente.

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